Acabo de terminarlo así que esta reseña tiene que ser perdonada de su simplicidad y emoción, como un mal pan salido del horno.
La cuarta parte de 2666 me imagino es la columna vertebral de todo el libro, tesis que confirmaré eventualmente, espero dentro de poco, aunque la verdad también quisiera demorarme un poco más, ni modo, así es la buena literatura.
Gran parte de este libro es un listado de las muertas en Santa Teresa, este recurso me parece genial por diversos motivos, la tonalidad fría y policial puede ser percibida como falta de tacto por Bolaño pero discrepo, ayuda a crear una disonancia que te mete al mundo y sociedad horrible donde algo tan terrible pudo pasar por alto tanto tiempo, y cuando empezó a tomarse como importante, se normalizo; cosa que Bolaño quiere dejarnos bien en claro y demostrar lo atroz que es esto, en mi opinión una de las cosas más claras que demuestran esto último es la descripción de la mayoría de victimas (entre 18-25 años, de baja estatura, pelo largo), descritas de manera tan pueril que no podemos hacer nada por no imaginar a todas las mujeres en nuestra vida como posibles victimas, sensación que estoy seguro era uno de los grandes objetivos de Bolaño, sensación que probablemente sienta cuando ya olvide los personajes y lugares de éste libro...
Sin contar que más de uno de los asesinatos son narrados a mayor detalle, siendo algunos realmente desgarradores e incluso intolerables.
Podría escribir sin cansarme de quién es el asesino de mujeres, si es un individuo, si somos todos nosotros, si es la sociedad que nosotros hemos creado, las reflexiones al respecto que deja este libro son muchísimas y cada uno de los lectores podrán escoger su favorita, la que nos deje dormir con menos problemas.
La trama en si diría que es el asesinato de las mujeres, los personajes que van apareciendo son pájaros posándose en ese macabro árbol y cantando sus historias. Los personajes siguen siendo apasionantes, logro que al principio pensé sería imposible de alcanzar por el constante listado de asesinatos, si bien Amalfitano sigue siendo mi personaje favorito del libro, el elenco sigue aumentando y entre los nuevos personajes mis favoritos son Lalo Cura, Rosita, Klaas, la adivina, etc.
Todos estos personajes se podrían considerar secundarios, y porlo tanto sus tramas también, algunas me parecieron mejor lograda que otras, la del profanador me pareció excelente, la del amorío de Juan de Dios (me gustó el personaje de la psiquiatra pero el final de esta trama me pareció más que abierto inexistente, ¿Pruebas del carácter inconcluso de la novela quizás?).
Por último (aunque sé que me he quedado infinitamente corto) por lo denso y perturbadores que son los temas de la novela podríamos esperar un libro sombrío, difícil de abrir, no es el caso en absoluto, desde la parte de los críticos Bolaños demuestra un esplendido manejo del humor, temía que esta parte se vería ausente de él pero gracias a Dios...¡gracias a Bolaño que no! Un humor eso si, más cuidado de donde se mete que en las anteriores partes, más sutil, más inteligente, se siente menos un recurso estílistico/temático (que no tiene nada de malo usar al humor de esta manera, por cierto) y más un elemento narrativo para dejar aún más en claro el punto del libro (llegando a la parte final, cuando un hombre patea sus perros para dejen de actuar como maricones dejando entrever la actitud machista/homofobica; o la sección de páginas enteras de chistes machistas dichos por un policía).
Escribiendo esta reseña me doy cuenta lo mucho que me ha gustado este libro, me doy cuenta lo muy triste que me sentiré al terminarlo, nada que decir, un librazo, esperemos que la última parte este a la altura...